ocho horas más tarde, algo inquieta y agitada, marcó el número de su amiga,
- qué lástima.., en otro contexto, en otra situación, seguro me hubiera estallado el corazón con semejante proposición,
- pero? qué pasa en esta situación? por qué no?, qué te dijo exactamente?
- lo único que ocurrió es que él espera que hagan todo por él......todo lo que él no se atreve a hacer, ni a pensar, ni a soñar...
- pero...explicaté, ¿qué pasó realmente?
-realmente, no mucho, sólo me dijo: atrévete a cambiar mi vida, - ¿más?-pensé yo - y entre mil cosas que me golpeaban la cabeza, sólo le dije: los osados buscan los cambios por sí mismos.....qué curioso, a mí siempre me gustaron los osados....qué hago aquí?. Y le colgué.
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Ella le miraba timidamente, sentía desde hacía tiempo algo profundo y extraño por aquel muchacho que parecía ignorarla.
El servía copas en el café Hope, lo hacía de forma risueña, siempre alegre y despistado, parecía no existir nadie al otro lado de la barra mientras trabajaba.
-Deberías acercarte de una vez y hablar con él. Ahora lo tienes a huevo, apenas hay gente a quien atender.
- No sabría que decirle, me gustaría algo corto e impactante, que mis palabras le hicieran extraerse por fin de su coctelera y que se percatara por fin de este lado del mundo, pero...seguro que lo único que me sale es algo como: ¿estudias o trabajas? y es evidente que poner copas no es una tarea altruista...
- qué tal si te acercas sigilosamente, le insinúas con tu dedo que se acerque, y cuando le tengas muy cerquita....le susurras algo así como: atrévete a cambiar mi vida....y si no, al menos cambia esta noche tan gris...
FIN.
Jorgito, aquí me tienes jugando con tu frase a provocar diferentes emociones,
ná, que aquí un amigo bloguero me retó a inventar una historieta con la frase tan a propósito marcada, y me dije, pues una no, dos, pa chula....