domingo, 24 de enero de 2010

Caminando sin nudo en el estómago

....y con todo este ajetreo que me traigo...
descubrí un bareto encantador,
con un camarero que trabaja con esmero, 
que le da igual si las mesas están llenas o vacías,
el nunca corre,
a cambio nunca pierde la sonrisa,
pero eso sí, os recomiendo ir a primera hora de la tarde, 
cuando todavía no han despertado los ciudadanos de la siesta,
entonces, es cuando, 
además de sonreir.....
¡te decora el café!





















cierto es que ya sin nudo en el estómago......
empiezo a disfrutar otra vez
de los pequeños placeres de la vida.