viviendo sin máquinas

Al principio parecía vacía,
sin vida,
por más que se empeñaba en decorar la casa
e intentar llenarla de sus cachivaches favoritos,
aquello no cogía vida,
y es que...
¡no tenía todavía tele!
¡tampoco tenía internet!
tan sólo una minicadena que se encendía y se apagaba sola...?¿
¡horror!


Pero poco a poco
...no sabéis todo lo que esta situación, a cambio, la regaló,
todo lo que una situación así, de semejante calibre, 
la hizo recuperar de...de...
¿cómo llamarlo? ¿de viejas pasiones?
¿viejas? si recordaba bien, realmente eran de ayer mismo..., 


estoy hablando de que semejante silencio de máquinas y ausencia de cibercomunicaciones, 
hizo que volviera a leer!
y por lo tanto volver a pasar sueño en el curre por estar hasta las tantas perdida entre las páginas;
de desempolvar la guitarra, y comprobar,
tristemente,
que sus dedos ahora parecían paralíticos,
de sacar los viejos puzzles y extenderles sobre la alfombra,
y hasta de bailar apartando la misma con el pie izquierdo
y subiendo a la vez el vólumen con la mano derecha.


porque sin tele
y sin internet
¡parece que tiene más manos libres!
¡y hasta más pies!


ja!




lo cual no quiere decir que no esté ya mirando de nuevo tarifas como loca....


porque también la da tiempo de echaros mucho de menos.


y es que internete...parece que ha estado toda una vida con nosotros, y no, en la mía lleva ná, pero que manera de arrasar podiós.